Una estatua debe tener un armazón de metal o varillas resistentes, pero el armazón que sostiene esta estatua esta hecho de algo espeluznante. Mientras los investigadores examinaban la estatua de casi 1000 años, decidieron pasarla a través de un escáner computarizado que permite diferenciar materiales dentro de un cuerpo sólido, con más precisión que una radiografía convencional de rayos X. Lo hicieron en el Centro Médico Meander en Amersfoot, Holanda. .
El extraño objeto fue tratado con todos los cuidados y debidos procesos que se llevan a cabo como si se tratara de un ser humano, ya que en su parte inferior presenta una cavidad la cual sugiere que hay algo raro dentro.
Como es bien sabido ninguna estatua está "rellena" completamente de bronce, debido al costo y el peso del material, y esta en particular tiene una especie de relleno blando que fue lo que llamó la atención de toda la comunidad científica e hizo que fuera llevada al centro médico para develar de una vez por todas su misterio.
El resultado del escáner finalmente hizo que el equipo sintiera escalofríos segundos después de analizar detenidamente la imagen:
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La estructura de la estatua no es de varilla ni nada parecido ¡Son huesos humanos!
Se observó claramente el cráneo, la columna vertebral, las costillas y todo el sistema óseo de un ser humano, algo jamás antes visto en cuanto a momificación. Es nada más y nada menos que una momia sentada, cuyo sarcófago es una capa gruesa de bronce tallada finamente.
Sus órganos internos fueron retirados y reemplazados por papeles que tienen escritos de aquella época.
Corresponde a un monje budista que, se calcula, murió hacia el año 1100, y como si ello fuera poco no solamente fue momificado sentado sino que murió en esa posición. Es una posición habitual de estos monjes, la cual les ayuda a "alcanzar la iluminación", según sus creencias.
Estos monjes se aislaban del mundo durante muchos días para conectarse con su parte espiritual y la mayoría moría (alcanzaba la iluminación) en postura de meditación, por lo que sus cuerpos no pueden ser enterrados ni mucho menos quemados, ya que mantienen la esperanza de salir de este estado y volver a la vida.
Sus órganos internos fueron retirados y reemplazados por papeles que tienen escritos de aquella época.
Corresponde a un monje budista que, se calcula, murió hacia el año 1100, y como si ello fuera poco no solamente fue momificado sentado sino que murió en esa posición. Es una posición habitual de estos monjes, la cual les ayuda a "alcanzar la iluminación", según sus creencias.
Estos monjes se aislaban del mundo durante muchos días para conectarse con su parte espiritual y la mayoría moría (alcanzaba la iluminación) en postura de meditación, por lo que sus cuerpos no pueden ser enterrados ni mucho menos quemados, ya que mantienen la esperanza de salir de este estado y volver a la vida.
Fuente: mundoclay.com
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